Aunque el
agua es el elemento esencial de la vida sobre la tierra, los organismos vivos
están constituidos de compuestos químicos basados en su mayor parte en carbono. El carbono llega a la biosfera a través de la
acción de las plantas las cuales utilizan la energía solar para
transformar el CO2 de la atmósfera en
las moléculas de la vida. Estas
moléculas después son transferidas a los animales que se alimentan de las
plantas. De todos los elementos
químicos, el carbono es incomparable en cuanto a su capacidad para formar
moléculas grandes, complejas y diversas y esta diversidad molecular ha hecho
posible la diversidad de organismos que evolucionaron en la tierra. Las proteínas, el ADN, los carbohidratos y
otras moléculas que distinguen la materia viva del material inanimado están
compuestos de átomos de carbono unidos entre sí y a átomos de otros elementos.
La principal
característica que define el campo de estudio de la química orgánica, es el
hecho de que ésta se encarga del estudio de moléculas en cuya composición
intervienen de manera importante el carbono y sus compuestos. La bioquímica, estudia las propiedades
estructurales de los componentes de los seres vivos y también se considera
química orgánica, pero se ocupa de las moléculas que se encuentran o se
producen en los seres vivos.
Desde los
comienzos de la historia humana, las
personas utilizaron otros organismos como fuentes de sustancias valiosas. La ciencia de la química orgánica se originó
con el fin de purificar y mejorar la producción de estas sustancias. A comienzos del siglo XIX, los químicos
habían aprendido a fabricar muchos compuestos simples en el laboratorio
combinando elementos en las condiciones adecuadas. Sin embargo, la síntesis artificial de las
moléculas complejas extraídas a partir de la materia viva parecía
imposible. En esa época, Berzelius
estableció la distinción entre compuestos orgánicos, que podían surgir solo
dentro de los organismos vivos, y compuestos inorgánicos que se encontraban
dentro del mundo inanimado. La nueva
disciplina de la química orgánica se construyó sobre la base del VITALISMO, la
creencia en una fuerza viva fuera de la jurisdicción de las leyes físicas y
químicas.
En 1828,
Whöler intentó elaborar una sal inorgánica, el cianato de amonio, mezclando
soluciones del ión amonio (NH4+) e iones cianato (CNO-). Whöler se asombró al encontrar que en lugar de
la sal, se había formado urea, un compuesto orgánico presente en la orina de
los animales. Pocos años después, Kolbe,
fabricó ácido acético a partir de sustancias inorgánicas que podían prepararse
directamente de elementos puros.
Los pioneros
de la química orgánica, ayudaron a alterar la corriente principal del
pensamiento biológico del vitalismo, al mecanicismo, la visión de que todos los
fenómenos naturales, incluidos los procesos de la vida, están gobernados por
leyes físicas y químicas. La química
orgánica se redefinió como el estudio de los compuestos del carbono,
independientemente de su origen. El fundamento
de la química orgánica no es una fuerza intangible de vida, sino la
versatilidad química única del elemento carbono.
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